martes, 29 de abril de 2014

A brezo y romero





Huelen a brezo y romero
las calles de la villa,
con más cariño y esmero
la luna esa noche brilla.

Tarde de Miércoles Santo
en el viejo Gibraleón,
una plaza con encanto
es punto de devoción.

El pueblo va al encuentro
de Padre Jesús Nazareno,
y Él es el centro
con su corazón bueno.

La Torre lo ve caminar
bajo el peso del madero,
la noche vuelve a suspirar
y se estremece el lucero.

Suenan marchas procesionales
de nuevo avanza el Señor,
bellas estampas penitenciales
de ilusión y   gran fervor.





Texto Jara
Foto Jara



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