Cierra los ojos el Manuel
por el peso del madero
y camina por el sendero
que lo lleva al final cruel.
El Señor de la Salud
va por Sevilla caminando
y poco a poco avanzando
a pesar de llevar la Cruz.
El Cristo de los Gitanos
deja a su paso el aroma
que con su perdón colma
a quien le da la mano.
Es la figura del Nazareno
la que nos hace sentir
y la que nos lleva a vivir
ese divino amor y consuelo.
Texto Jara
Foto Jara
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