La tarde era hermosa,
la Plaza engalanada
para ver la Dolorosa
cuando fuera procesionada.
Había llegado la hora
y el día tan señalado,
ya estaba la Señora
con su Palio levantado.
Poco a poco avanzando
de forma señorial,
la ermita fue buscando
y la Casa Consistorial.
Con los hermosos sones
de Aznalcóllar llegados,
se vivieron emociones,
Gibraleón a su lado.
La noche ya caía,
estrechez de Matías Balseras,
una dulce melodía
recordaba la primavera.
La Espadaña del Convento,
los recuerdos del Vado,
dieron magia al sentimiento
bajo un cielo estrellado.
La Plaza del Otero
con su coqueto pozo,
estampa de costalero
en ese día de gozo.
Tras María Auxiliadora
vuelta al templo parroquial
está llegando la hora
se acerca ya el final.
En San Juan entró
a su hijo saludando
el palio se posó
con la cuaresma soñando.
Setenta y Cinco aniversario
de la Madre Nazarena,
Dolores eres relicario
que alivia Nuestra pena.
Texto José Antonio Rodríguez Ángel
Foto Jara
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