Pero falta el azahar

Se acerca un niño a un naranjo y se pregunta para él por qué tarda en llegar tanto la flor,por qúe siguen las naranjas en el árbol
Abuela,si estamos en cuaresma,si estamos de culto en culto,vemos a los costaleros ensayando y vemos ajetreo ¿por qué los árboles no los han adornado aún como hacen en navidad?,en navidad le ponen luces ahora le quitaban las naranjas y le ponían flores blancas,¿por qué aun no se las han puesto?
Y como este niño muchos nos preguntamos por qué no hay azahar aún y por qué en algunas calles de tránsito de las hermandades veremos naranjas y nos flores.
La abuela sonríe ante la pregunta de su nieto,el niño es feliz pero en su inocencia aún no saben como funcionan las cosas y como es el ciclo de la vida.
- Verás como le quitan las pelotas y le ponen las flores hijo- dice la mujer a su nieto,pero si bien es cierto la mujer en el fondo está triste ya que a las alturas que estamos por mucho que se aligeren las flores no saldrán.
El niño mientras tanto sigue jugando y sigue soñando,con el Domingo de Ramos y con las flores blancas de aquellos árboles.
Como esta mujer estamos muchas personas,la del azahar es otro de los regalos del Amigo Alfredo.
Si bien es cierto que este regalo no ha tenido tanto eco como otros,pero si lo palpamos en el día a día.
Ya son muchos regalos envenenados,llamesen catenarias,gurumelos y este año la falta de flor en muchos naranjos,naranjos cuyas flores son la esencia de Sevilla,por lo menos así lo hace entender esta señora apellidada Montaño me gustaría preguntarle a esta señora elegida a dedo y no por los ciudadanos de Sevilla en que piensa cuando habla.
Me gustó mucho una idea de Juan Ignacio que era recuperar para Sevilla su esencia y su árbol característico el naranjo,en cambio el amigo Alfredo se cargó los de la Avenida para poner su juguetito y un mar de cables.
Como digo ya son muchos regalos envenenados,espero que este sea el último,aunque el azahar no florezca seguire pensando como el niño de la historia esperándolo para esperar la llegada de los días del gozo

Texto Jara