martes, 15 de marzo de 2011

Un perfil conocido (IV).De San Julián a Gibraleón



Hoy nos paramos a observar dos tallas de Crucificados muy parecidas.El Cristo de la Buena Muerte de la sevillana Hermandad de la Hiniesta y el Cristo de la Sangre,Alcalde Honorario y Perpetuo de la Villa de Gibraleón.
El Señor de San Julián es obra de Antonio Castillo Lastrucci datada en el año 1938 mientras el Señor de la Sangre como es conocido popularmente por los Olontenses está fechado en el año 1939,haciendo su pirmera estación de penitencia en el año 1940,sustituyendo a una excelente talla de Francisco de Ocampo.
Tan grande es el parecido que hace mucho tiempo,un catedrático universitario al ver una estampa del Señor de la Sangre en mis manos me preguntó si pertenecía a la Hermandad de la Hiniesta,fue entonces cuando fui buscando imágenes de ese Cristo que tanto se parecía al que preside la capilla del primer templo carmelita de España.Curioso este catedrático fue luego pregonero en San Julián,y agradecido le estoy a D Ramón López Rosa por el buen tratamiento que siempre tuvo hacia sus alumnos onubenses.
Las imágenes como se ha comentado antes son muy parecidas,las diferencias mas palpables las podemos observar en la policromía de los Cristos,el señor de la Sangre tiene una tonalidad más blanquecina que el Cristo de la Buena Muerte.
Otra de las diferencias la hayamos en el paño de pureza,el Cristo de la Hermandad Sevillana el nudo es más amplio que el Cristo olontense.
Y otra de las diferencias que podemos percibir es que los brazos del Cristo de la Buena Muerte están más alargados en la cruz que los Del Cristo de la Sangre.
Pero lo que hace más hermoso el parecido es la leyenda del Cristo de la Sangre,leyenda de cómo el Señor se quedó en Gibraleón.
La imagen que hoy es la mayor devoción de la Villa no estaba encargada,sino que tenía que dirigirse a otra localidad onubense.
Pero la carreta que llevaba a la imagen tuvo que pasar por Gibraleón y allí el carretero paro para descansar y para reposara los bueyes que tiraban del carro.Pasó por un templo que había quedado huérfano de imágenes y paró en los alrededores.
Al reanudar la marcha volvió a pasar por las puertas de aquel templo y ocurrió el milagro,los bueyes empujaron el carro hacia la puerta y allí se quedarón inmóviles,la gente salió de sus casas para ver que ocurría,le preguntaron al carretero lo que llevaba,éste respondió que un crucificado que venía desde Sevilla,entonces al destapar la lona la gente se puso de rodillas y entendió que aquel Cristo quería que aquella fuera su casa.Es así como Gibraleón se reencontró con su mayor devoción.
Una vez contada la leyenda brevemente,nos quedamos con el parecido de las imágenes y disfrutando de su presencia en templos con mucha historia.
Texto Jara
Fotos Jara

1 comentario:

Unknown dijo...

Me presentó como miembro de la ilustre. Hermandad. Cristo de la sangre y María en su soledad de gibraleon . Quiero destacar que la leyenda es cierta pero procede de la primitiva imagen del señor de la sangre destruida en la pasada guerra civil. Después de la guerra en 1939 el pueblo encarga al escultor sevillano castillo las. La actual imagen del señor de la sangre tomando y eredando la fe y devoción del pueblo de gibra. Que poseía la primitiva imagen del señor de la sangre.