Hay una chiquilla el la calle San Luis que lleva una noticia alegre y triunfal a las Calles de Sevilla.
Su bello rostro avisa en Santa Inés,la Casa de Doña María Coronel,que algo grandioso acaba de suceder.
La viuda de Juan de la Cerda,perseguida por el Rey Justiciero o cruel,hizo crecer una flor en tierra baldía,cuando la Virgen de Santa Marina por allí pase,no sólo crecerá una flor sino que habrá sucedido ya la creación del jardín de la vida eterna que las escrituras predijeron al tercer día.
Las estrellas se van retirando del cielo de la ciudad,pero al son de los campanilleros y de corneta que toca a la aurora,la Madre de Dios se va paseando por el centro anunciando la buena nueva al mundo entero.
Y mientras la Catedral la espera,la mañana ya se ha hecho,la luz reina sobre Sevilla y la giralda engalanada por la alegría del nuevo día,te verá alejarte mientras sueña con una fila de nazarenos de blanco con la Cruz de Santiago que con su sonrisas bajo antifaz de la puerta de palos a la Plaza del Salvador como tu estela se dirigirán.
La mañana va ganando la batalla y el cansancio empieza a reflejarse en tu cara,pero hay una última despedida en una casa encalada,la casa tiene un pozo y es vivienda de una Santa y una Beata,y en aquella puerta brillara la Luz del triunfo sobre la Cruz mientras entonan la salve las Hermanas de la Cruz.
Poquito queda ya para volver a Santa Marina,para esperar un nuevo año para verte bajo palio cerca de San Gil.
Tu recogida no suena a despedida,la flor dorada de tu mano brilla mientras Sevilla sueña,sueña con lo que ha acontecido y sueñan los cofrades con la próxima primavera para ver las calles a los cirios de cera.
La Aurora no es el final, su rostro tiene un cometido,anunciar que la Señora ya no llora por la muerte de su Hijo,y con ello traer la noticia más importante pues el milagro se ha obrado y Jesús ha resucitado.
Texto Jara
Foto Jara
No hay comentarios:
Publicar un comentario