Triana llora y suspira
cuando avanza el cachorro
por su calle de Castilla,
viendo como se va la vida
y observando a ese Cristo
que mirando al cielo expira.
De luto se pone el puente
de negro el Guadalquivir
se dispone a vestir,
cuando viene de frente
y esas ganas de vivir
las mismas aguas sienten.
Se silencia la Giralda
y se estremece el triunfo
y se estremece el Triunfo
y en él la inmaculada
observa su caminar
quedando triste y callada.
Se acerca al Arenal,
tras pasar por el Postigo
y allí espera su gente
para al trianero arrabal
de promesa acompañarlo
hasta que llegue el final.
Nunca la vida se apaga
de ese Cristo que Expira
por las Calles de Sevilla.
Cristo de Alma Gitana
que la gente denomina
el Cachorro de Triana.
Foto Nuria Iglesias Casademunt
Texto Jara
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