Dios te Salve
Rocío,
de Pentecostés
Aurora,
Reina de la
Misericordia,
Dulce y Celestial
Señora.
A este paraíso
marismeño
llegamos los
peregrinos,
ante Ti Madre de
los Almonteños
nos postramos
tras los caminos.
A Ti llamamos los
Romeros
con oraciones y
plegarias
que han recorrido
los senderos
bajo un cielo de
luminarias.
Muéstranos tu
mirada
que está llena de
clemencia,
bendita eres
nuestra Abogada,
Fuente de la
Prudencia.
Muéstranos a ese
Niño,
el Divino Pastor,
el Manantial de
Cariño
de tu Vientre de Amor.
¡ Oh Dulce Virgen
María ,
de la Rocina
Pastora!
Intercede
Celestial Señora
para que veamos
la luz del Nuevo Día
cuando llegue
nuestra hora.
Texto y Foto; José
Antonio Rodríguez Ángel
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