Bajo el sol
resplandeciente
el Simpecado
avanzaría,
la Carreta
reluciente
reflejaría la luz
del día.
Hoy no hay
peregrinos
en las arenas y
pinares,
pero si hay
caminos
que nos recuerdan
los lugares.
Los caminos del
corazón
de cada uno de
los romeros,
que llevan con
devoción
sus sentimientos
rocieros.
Aldea, marisma y
Doñana
esperan a su
Madre celestial
ese lunes de
mañana
tan hermoso y
especial.
El Rocío de
Esperanza,
un Rocío de
interior,
que canta con
alabanza
a su más hermosa
Flor.
Texto y Foto; JanRoc/Jara
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