Otra vez el
Terrón,
ese fin de semana
segundo,
no recibió la
bendición
de su Amor más
profundo.
En silencio la
Ermita,
el río y la mar,
su presencia
bendita
falta hoy en el
lugar.
Soledad en la Cruz
Primera,
la Salve no se
entona
otra nueva primavera,
la añoranza todo
lo corona.
Añoranza del
camino
que tiene el
romero,
ese sábado que es
peregrino
en los campos leperos.
Distinto es el
momento
pero siempre está
Ella,
Lepe reza con
sentimiento
a su Virgen de la
Bella.
Texto y Foto; JanRoc
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