domingo, 1 de febrero de 2009

Una Luz del cielo en San Julian




La chica se puso frente a las imágenes de la Hermandad pero sin querer destacar y empezó a rezar en aquel rincón de San Julián.
Tenía una promesa con aquellas imágenes,formaban parte de su vida desde muy chiquitita.
Mientras rezaba se puso a pensar,cuanta gente como ella a lo largo de los años,cuantas lagrimas allí derramadas,cuantas oraciones,y cuantos momentos de tristeza y de alegría.
El rostro sereno del Cristo crucificado y muerto por nuestros pecados le traía recuerdos pasados y muchos sin sabores.
Ella sabía que la Hermandad se estaba reponiendo poco a poco de los dos incendios y pedía y rezaba para que no volviera a pasar,había conocido a las anteriores imágenes y ahora en su corazón habitaban aquellas dos.
De repente se había quedado sola en la Iglesia y contempló las imágenes a la luz de los cirios,intentó acercarse pero el miedo le pudo al momento oyó pasos en el interior del templo.Vió como un hombre hacia ella se acercaba.
-¿Eres de la Hermandad hija?-preguntó el hombre
-Si Padre-respondió ella dándose cuenta que la persona que había entrado era un sacerdote
-Verás soy el rector del templo,te estaba viendo desde el fondo y he visto el cariño con el que tratas a las imágenes y he visto que no te atrevías a acercarte,ven ahora conmigo.
Ambos se dirigieron a la Sacristía del templo,y el párroco empezó a contarle una historia.
-Empecé como tu ahora-explicó-de pequeño me dirigía siempre que podía a San Julián,en mi época los niños jugaban al trompo y las niñas al corro,hoy en día se juega a la pelota,pero yo siempre aprovechaba para escaparme para ver la luz de nuestra primitiva dolorosa,era hermoso ver aquellos ojos,aquellas lágrimas que derramaba,fue una pena lo de los incendios del 32 y este último,pero hoy he visto algo que me recordó a mi infancia.
Se dirigió a su cuarto y de repente vino con una caja.
-Te quiero regalar el contenido de esta caja.
-Padre esa caja es suya-protestó la joven
-No hija-lo que hay en ella me lo dio un día un hombre,en San Julián y ante los antiguos titulares de la Hermandad,fue un hecho muy parecido al que hoy he contemplado.
-¿Y por qué a mi padre?-preguntó
- Porque he visto en tu rostro la bondad y el cariño,y te explico-el sacerdote prosiguió-un día alguien me dio la caja y me enseñó a usar lo que hay dentro.En la caja hay un telescopio,que como me sugirió en su día aquel hombre usé con mucho cariño,verás con el puedes ver de cerca la luz de las Estrellas.
-¿y cómo es eso?
-verás hija cada vez que miro las estrellas,me acuerdo de la Madre Hiniesta en su dolor,me acuerdo de que ella es una Estrella más del cielo de Sevilla y que sus rayos que nos iluminan,son la bondad,la humildad,el amor al projimo,la comprensión,la ayuda al necesitado,por eso hoy cuando te he visto ví una persona con ilusión,una persona bondadosa y una persona que quiere,te lo regalo para que un día que no puedas venir a verla,desde tu ventana cojas y lo pongas y te veas el Cielo,seguro que allí su hermoso rostro lo verás en la mas bellas de las estrellas.
La chica salió con la caja del templo y se dirigió a su casa,cuando llegó la noche subió a la azotea de su antiguo edificio,y pudo contemplar el cielo estrellado,pero se fijó en una Estrella que esa noche mas brillaba y soñó que la Virgen de la Hiniesta desde el Cielo la contemplaba y que con su manto la protegía.

Que en la Reina de San Julián siempre encontremos los valores de la bondad y de la amistad.
Dedicado a los que son grande de espíritu y a aquellas personas que siempre te ayudan cuando más lo necesitas,en especial a aquellas personas que son como los rayos de luz de la Estrella Sublime del Cielo de Sevilla

Texto José Antonio Rodríguez
Fotografia.Esther Rodriguez Franco

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